Si se debiera dar un ejemplo de éxito, desde luego Walt Disney sería citado.
Todo comenzó antes de la Segunda Guerra mundial, con la creación de Disney Brothers Studio ,el 16 de octubre de 1923. Poco después, la compañía se lanzó a los largometrajes y conoció su primer éxito con Blanca nieves y los siete Enanos sacado en 1937. Los dibujos animados cultos siguieron: Pinocho, Dumbo, Bambi y muchos de otros que usted vio por lo menos una vez en su vida.
La sociedad tuvo 32 Oscares y por esto lo hizo entrar sobre el libro Guiness . En 2001, el CA de esta Sociedad anónima, cuya sede se sitúa a Burbank, hacia 40.9 mil millones de dólares y su resultado neto de 8.8 mil millones de dólar.Sus filiales son numerosas y el efectivo no deja de aumentar (144 000 en 2009). A partir de los años 2000, la empresa se hizo también distribuidor y gestor de licencias. Hoy, la marca esta muy diversificada. El caso no es solo que dibujos animados apasionan a los niños del mundo entero, también son los parques de atracción. Existen cinco: en California, Florida, en Tokio, París y Hong Kong. Disney California posee 2 parques acuáticos, 32 hoteles, 8 estudios de cine, 11 redes de televisión por cable.
Pero la verdadera mina de oro está en otro lugar. Las tiendas Disney, presentes en todas las grandes ciudades, principalmente las capitales, son pan bendito para la sociedad. Suelte a un niño en este templo del sueño, estará en el paraíso. Todo es declinado bajo la imagen de su héroe preferido: de las medias, al disfraz completo, del objeto de necesidad de base (cepillo de dientes) al accesorio (la varilla mágica del Hada Campanilla). Por cierto, estas tiendas son taquilleras con los niños pero los grandes también son como locos cuando vuelven a lo que se podría llamar una puerta para volver en el tiempo.
Las tiendas Disney juegan sobre lo que se llama la compra emocional con sus objetos personalizados. Comprendieron bien el sistema al máximo. Su desafío: crear una conexión emocional con los partidarios. El producto Disney da envidia, proporcionan la emoción y sobre todo memorias de infancia, su alma de niño es en efecto un tema universal y una voluntad cada vez más desarrollada en nuestras sociedades siempre más hastiadas y violentas … El éxito de la marca Disney también demuestra la evolución del consumo sobre estos últimos años, siendo pasado de lo racional a lo emocional.
Las tiendas son obligadas a adaptar sus ofertas a los deseos de los clientes con el fin de aumentar las ventas. Los objetos personalizados, el ambiente del lugar con su música, sus olores y sus colores debe corresponder a las esperas de los consumidores. Generan una sensación de confianza inmediata con cliente que baja a la guardia y deja sus emociones aventajar. La relación afectiva nació. Así, los objetos personalizados Disney cumplen bien su papel: consolidan la imagen de marca. El placer de los partidarios se asocia pues con rentabilidad para The Walt Disney Company.
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