Hace unos meses, en Brasilia, capital de Brasil, entró en vigor una ley que reconoce el derecho de perros y gatos a ladrar y maullar, prohibiendo que se les corten las cuerdas vocales para evitar que hagan ruido y molesten a los vecinos.
A partir de ahora, el veterinario que realice esa operación será castigado con 3 meses de prisión y una multa.
Parece ser que desde hace cuatro o cinco años, esta barbaridad es una práctica habitual. Bravo por las sociedades protectoras de animales y ONGs que han conseguido que se penalice tamaña salvajada.
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Fuente: L’absurd diari
Foto de Laura Ferrés©