El stickball es pequeño en tamaño y en precio, pero es un regalo promocional excelente tanto por los dos motivos mencionados como por su utilidad: esparce un agradable perfume (hay varios aromas a escoger) y como reclamo publicitario no tiene precio.
El stickball se sujeta a la pantalla del ordenador gracias al adhesivo que lleva en la parte posterior. Es decir, que lo tendremos delante durante ocho horas cada día (menos los afortunados/as que tengan una jornada laboral más corta, claro), con lo que aseguramos un impacto publicitario fuerte y duradero.
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