Ya he hablado en alguna ocasión de las pulseras de silicona, un fenómeno de moda lanzado en el año 2005 por algunos deportistas, como Lance Amstrong, y utilizado por ONGs y organizaciones similares. La moda de la pulsera de silicona ha llegado ya a todo el mundo desde que comenzó en Estados Unidos.
La idea de la pulsera de silicona es simple: mostrar la pertenencia a una idea, a una causa, a un club, etc…
Las pulseras de silicona originales se marcan o imprimen en bajo relieve tras fundir las pulseras en un molde, el cual lleva en su interior el logo o texto en relieve. Tras la popularización de las mismas, aparecieron enseguida burdas imitaciones en las que la impresión se realizada de forma mecánica y directamente sobre el material. Esto último, provoca que el material se vuelva frágil y se agriete enseguida.
Un buen ejemplo de pulsera solidaria nos viene desde Polonia, donde un equipo de fútbol ha asociado su nombre con el de una escuela para niños y niñas invidentes. Han distribuido pulseras entrelazadas, una de color blanco con el nombre del club y otra de color rojo con el nombre de la escuela escrito en braille.